De repente, entre papeles, aparece una lista de 52 motivos que me hacían amarte.
Y revivo sensaciones de un pasado cercano que siento lejano.
Y sonrió y lloro a la vez.
Y te amo y te odio.
Sonrío, pero mi sonrisa es de esas que duelen.
Sonrisa que mezcla el amor, la nostalgia y la tristeza.
Y vuelvo a sentir el hueco que han dejado nuestras pequeñas cosas.
Ese hueco que he intentado ocupar con risas,
cervezas,
sexo,
y personas mediocres.
Ese hueco que ha creado aficiones que no existían,
con el único fin de no pensar en tu ausencia.
Ese hueco que me ha hecho volver a escribir sobre la tristeza,
un sentimiento que tú me hiciste olvidar.
He intentado rellenar ese hueco pero aún existe.
Extraño la sensación de sentirme completa
y no rota y vacía por dentro.
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