Quisiera quererte,
debiera quererte.
Me entregas a manos abiertas el pedazo de cielo que ando buscando
Pero no ha llegado mi vendaval.
La chispa no se ha encendido.
Quisiera poder entregarme,
decirte al oído las palabras que quieres oír.
Dedicarte la sonrisa más bonita del mundo.
Siento si en algún momento actué mal,
si te arrastre en el tren de mi vida loca,
de sentimientos fugaces,
de besos de estrella estrellada.
He intentado encender mi corazón.
Pero como dicen, en el amor no valen trucos, ni condiciones,
cuando te da, te da...
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Ojala pudiera darte menos de lo que quiero,
seguir con el tiempo que he disfrutado,
escuchar, hablar, reir contigo;
quedándome en la orilla por haber querido.
Te entiendo,
lo comprendo,
mucho mas de lo que deseo.
Es muy posible que llegue el amanecer
en el que te reencuentre en el nivel que tu sientes
y todo esto nos parezcan recuerdos lejanos
mientras disfrutamos al compartir nuestras mutuas rarezas.
Ahora se que nunca podré ser quien haga relucir esa sonrisa
que tome un vagón del tren de esa vida loca
el que recoja los retazos de los besos estrellados
y el que porte la llama que bombea tu corazón.
Ojala el corazón no jugará estas malas pasadas,
que no otorgan más que ilusiones vanas
y que provocan adioses que posiblemente
se convertiran más en un hasta pronto.
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