miércoles, 9 de septiembre de 2009

(55)


Salí de la espiral de la pasión desbocada
Rompí la cama de mis diez Don Juanes.
Borré los números de mis niños de juegos.
Recuperé a mi alma olvidada.

Soñé en repetir mi cuento,
con el mismo chico de ayer.
Pero me frustré en el intento.
Pues él me dejó de querer.

Ahora escribo mis líneas,
calmada y con un fin.
Pues las derrotas son ventanas
siempre a un final feliz.

1 comentario:

Nachete dijo...

Anda que no saber que el cuadro de abajo era de Salvador Dalí...

Tía, hacía tiempo que no entraba aquí, y entro ¡¡y me encuentro con que estás hecha toda una poetisa!!

Me gusta.

Muchos besos.