Que ilusión me ha dado verte
encima de la colina,
pues hace muchos años que no te me aparecías.
Allí estabas contemplando tu mar de olivos,
resistiendo como cual toro, al tiempo y a la lluvia,
al frió y al calor.
Enseñando con orgullo un símbolo de esta nación,
que aunque se encuentre partida te lleva en el corazón.
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